Esta manualidad la realizamos la semana pasada en el campamento de verano, ya que la temática de la semana para trabajar con los niños era el medio ambiente y reciclaje. Por eso, nos pareció perfecta esta manualidad que no sólo emplea materiales reciclados evitando la contaminación sino que también cuida la fauna.
Materiales:
Una caja de zapatos
Un cartón de huevos
Témpera de diferentes colores
Goma eva
Silicona
Pistola de silicona
Cuerda
Alambre
Tijeras
Cúter
Cola
Botellas de plástico pequeñas
Un palo
Procedimiento:
Lo primero de todo es pegar con cola o silicona las partes de la caja de zapatos que queden sueltas, para que esta sea una estructura compacta. Si no tenemos cajas de zapatos, también lo podemos hacer pegando cuatro trozos de cartón con silicona.
Después, dibujamos una puerta y una ventana como si fuera una casita y lo recortamos con un cúter. Para hacer la estructura del tejado, recortamos la parte superior de la caja y en su lugar pegaremos un cartón de doce huevos. Hacemos lo mismo en la parte inferior si lo deseamos. Si lo hemos hecho con cuatro trozos de cartón no será necesario recortar nada y simplemente colocaremos dos cartones de huevo, uno como tejado y otro como base.
Con esto, ya tenemos la estructura básica de nuestra casita. Después, emplearemos témpera de diferentes colores para pintar el tejado y las paredes.
Nosotros decidimos darle un toque más personal pidiéndole a cada niño que hiciera un pequeño dibujo de goma eva y pegándolos después con silicona por las paredes de la casita para que ésta llevara un poquito de todos y cada uno de los integrantes del campamento. En vuestro caso, podéis decorarla como queráis
Con botellas de plástico recortadas, elaboramos dos recipientes que nos valdrían de bebedero y comedero. Pegamos con silicona el bebedero y comedero de pájaros, aunque después el peso del agua hizo que el bebedero se despegara, por lo que os recomiendo hacer un pequeño agujero con una herramienta punzante y sujetarlo a la casita con cuerda o alambre. El bebedero lo dejamos afuera, pero el comedero lo metimos dentro, aunque vosotros lo podéis hacer como más os guste.
Para finalizar, encontramos en el jardín un palo algo grueso y alargado y lo cortamos de la medida justa para que quedara perfectamente encajado en el interior de la casita.
Ya sólo falta rellenar los recipientes con agua y comida y esperar que nuestra casita sirva para hacer más felices a los pajarillos de la zona. Os aseguro que los peques disfrutarán mucho viendo cómo las pequeñas aves acuden al refugio que ellos han creado.
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