¿Os gustó la técnica plástica que os enseñé en el anterior post? La dactilopintura es muy sencilla y como os dije, tiene muchas utilidades. Un ejemplo es la manualidad que os traigo hoy.
Seguro que teneis en casa cajas de cartón inservibles ¿A que sería fantástico poder reutilizarlas para almacenar lo que querais y que tengan un aspecto tan bonito y simpático como el de la imagen? Es facilísimo y a los pequeños les encantará.
Materiales:
Caja de cartón
Un envase de huevos
Témpera
Pegamento fuerte/cola blanca
Cartulina blanca/pintada de color blanco
Procedimiento:
Se recorta de la caja el trozo de la misma que consideremos necesario para hacer la boca del monstruo. La caja, ya recortada, se pinta del color que más nos guste y, cuando esté seco, se le hacen puntitos mediante dactilopintura.
Luego, se recorta la cartulina blanca o pintada de color blanco con forma de dientes afilados y desiguales. Después, se pegan por el interior del hueco que hemos dejado previamente para formar la boca de nuestro monstruo, haciendo una fila superior de dientes y otra inferior.
Finalmente, para realizar los ojos, cortamos dos huecos para los huevos unidos del envase, los pintamos de blanco, y después le pintamos el resto del ojo como más nos guste: todo negro, con la pupila negra y el iris azul,... Lo pegamos en la parte superior de la caja cuando la pintura se haya secado
Una vez que el pegamento ya esté seco, ¡tenemos a nuestro monstruo! La abertura de la boca nos permite meter y sacar cosas y su aspecto es divertidísimo y muy decorativo
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